
Algo un poco raro sucedió en las Finales de Conferencia de la NBA y ahora ambos equipos tienen un buen fin de semana y algo de tiempo para preparase un poco más antes del primer juego de la Gran Final el Jueves 6 por la noche. Veamos cómo llegaron ambos equipos:
En la Conferencia del Este los Celtics de Boston, que perdieron la final hace dos años y el pasado se quedaron en la orilla al ser eliminados en la final de Conferencia por Miami esta vez fueron a la segura y salieron desde el primer hasta el último minuto de los cuatro juegos a aplastar a unos Pacers que dieron algo de pelea por momentos pero sólo en algunos instantes se vieron como un equipo que merecía estar incluso peleando el título del Este. Así, luego de barrer a Indiana, una vez más Jason Tatum, nuestro amigo el veteranazo Al Horford y el hombre más famoso de Latvia, Kristaps Porzingis, quien debe recuperarse de una lesión, junto con el resto de este escuadrón de la muerte intentarán llevar de nuevo el título a Boston, lo último que les falta para que se reconozca el resurgimiento de una de las franquicias más importantes de la liga.
En el Oeste, guiados por el esloveno Luca Doncic, quien fuera criticado mucho por ser demasiado personalista y egoísta con la bola pese a su gran talento, quien incluso tuvo problemas con el mencionado Porzingis que decidió mejor irse a Boston, los Mavericks de Dallas llegan luego de eliminar al sembrado número uno (Oklahoma City) y al equipo que eliminó al campeón (Minnesota).
Los Celtics tienen al mejor equipo y se puede discutir que el mejor jugador de los 10 titulares en la duela es Tatum, pero a mi parecer es Doncic. Los factores clave son, para Boston, si recuperan a Porzingis, y para Dallas, que tan bien, o mal, juega Kyrie Irving. Lo que es un hecho es que esta debe ser una de las finales más reñidas en años, regalazo para todos los amantes del buen baloncesto.
Por Hernán Mena
hernanmena@lagambetasportscarolinas.com