En un partido que resultó bastante agradable y en el cual Anthony Davis consiguió 41 puntos y 20 rebotes los Lakers derrotaron a los Pacers, que no tenían nada que hacer allí, 109-123 para ser los primeros campeones de Copa de la NBA además de que LeBron James fue nombrado el jugador más valioso del torneo.

La verdadera sorpresa para todos es que los de Indiana derrotaron a los Bucks de Milwaukee en la semifinal de la Conferencia del Este en un juego en el que incluso Giannis declaró que los Bucks “se confiaron”. Hubiera preferido una final con ellos, pero los Pacers dieron pelea por un buen rato, hasta la mitad del último cuarto, pero simplemente no pudieron terminar al no poder detener a Davis, quien demostró una vez más que cuando él y James están enteros al 100%, cosa que no se da muy seguido, los Lakers son un equipo casi invencible y cabe mencionar la labor defensiva de conjunto que mantuvo a Tyrese Haliburton, el mejor jugador de Indiana, al margen lo más posible.

¿Al final del día, sirvió de algo la Copa? La respuesta rápida es sí, pues los equipos se vieron obligados antes de la mitad de la temporada a usar a todas sus estrellas y dar su mejor esfuerzo en ciertos partidos, mejorando el espectáculo y los ratings.

Por otra parte, hay que decir que no hubo grandes sorpresas, excepto la gran carrera de los Pacers a la final, los equipos mediocres fueron eliminados pronto y los de mejor calidad fueron avanzando, es decir, los juegos de la fase de “grupos” fueron vistos por algunos equipos, y el espectador casual, como cualquier otro juego dentro de la temporada y no fue hasta la eliminación directa cuando los aficionados comenzaron a darle la importancia que la liga esperaba. Tal vez habría que cambiar esa dinámica y hacer una especie de eliminación directa, al estilo del basket colegial, pero mientras tanto esperemos al año que viene y felicidades al los Lakers.

Por Hernán Mena
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