Carolina fue al domo Mercedes Benz y al medio tiempo parecía que los Halcones dominarían con facilidad el partido. Bryce Young era golpeado y hostigado, Rico Dowdle no podía prender motores y la defensiva no sé acomodaba. Los locales se fueron al descanso con una cómoda ventaja de 11 puntos.

Pero fueron otras Panteras, y otros Halcones, los que salieron del vestidor y en 30 minutos muy entretenidos de Futbol Americano, aunque llenos de errores y jugadas torpes, los visitantes se acercaron poco a poco, el mariscal Michael Penix Jr. se lesionó, obligando la llegada del veterano Kirk Cousins quien se notó super oxidado pero pudo liderarlos a sacar el empate al final del partido luego que las Panteras le dieron la vuelta al marcador faltando poco más de un minuto y mandar a tiempo extra, momento en el que Cousins se vio inofensivo y en la siguiente serie las Panteras sacaron la victoria 30-27.

El resultado, combinado con la derrota de Tampa en Búfalo, donde “la diva” Mayfield estuvo a punto de llorar luego de una intercepción que cambiaria el animo y rumbo del partido, pone a las Panteras a medio juego de distancia de los Bucaneros en busca del liderato divisional y ya hay más de un fan iluso soñando en playoffs otra vez.

No sé confíen, Atlanta es un equipo disfuncional y además las Panteras corrieron con suerte ya que Young, aparte de los golpes de la defensiva, fue pisoteado en el pie de su tobillo sentido por el linero Chandler Zavala quien sigue siendo un peligro, pero no para el rival, pese a sus 3 años de experiencia. Con todo y todo, el joven mariscal puso un nuevo récord en Carolina lanzando para 448 yardas, logrando en el transcurso 3 anotaciones (sin intercepción).

Mucha mejoría de lo visto contra los Santos, pero ahora toca ir a San Francisco en horario estelar de lunes por la noche. A ver qué pasa.

Por Hernán Mena
hernanmena@lagambetasportscarolinas.com