
Por Hernán Mena
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Fue un día extraño en Charlotte ya que por ratos ver un lado de la tribuna, llena de camisas moradas, parecía un escenario de un partido de la Universidad de Minnesota. Estimados aficionados, no sé rindan tan pronto, no revendan su boleto a cualquiera.
¿El Partido? Ah, sí, las buenas noticias es que el novato Bryce Young regresó como mariscal titular. Las malas, que regresó la línea ofensiva de cartón y, aunque no cometieron castigos, permitieron cinco capturas de mariscal y la presión constante que provocó que Young, ¿les dije que era novato verdad? soltara el ovoide para que el apoyador de los Vikingos D.J. Wonnum caminara 49 yardas para una anotación y volteara el marcador que nunca regresó. Kirk Cousins tuvo un juego mediocre, como siempre, pero bastó con un buen pase al receptor estrella Justin Jefferson para sellar el marcador final 21-13 en el estadio US Bank… perdón, en el estadio Bank of America… tantas playeras de los Vikingos me confunden.
La defensiva de las Panteras, una vez más, sacó la casta y fue el punto brillante de Carolina, pero es poco lo que se puede hacer cuando frente a tu ofensiva tienes a una de las mejores defensivas de la liga. Entrenados por Brian Flores los Vikingos no le tienen miedo a nadie y menos a las Panteras y Young, su plan, mandar varias presiones disfrazadas mezcladas con cargas, funcionó a la perfección y el novato se encontró, como es costumbre, corriendo por su vida decenas de veces.
Un punto a destacar de mejoría en la ofensiva, aparte de recibir menos castigos, es que la línea permitió un mucho mejor desarrollo de la carrera, pero con todo y eso no llegaron a las 100 yardas totales entre Chubba Hubbard y Miles Sanders.
Dicho esto, el panorama de los de casa, que caen a 4 derrotas sin conocer la victoria, es gris. Viajan a Detroit y a Miami antes de regresar a estos lares el 29 de Octubre contra unos Texanos que, en papel, eran fácil victoria al principio de la temporada, pero ahora que han sorprendido por dos semanas seguidas, derrotando a Indianápolis y a Pittsburgh son, en breve, lo que esperábamos de las Panteras, un equipo joven, en remodelación, pero con promesa de mejorar. Espero no ver miles de jerseys de los Texanos en tres semanas en el estadio, porque eso si ya sería el colmo.