
En 2015, luego de que Houston aplastara a Cincinnati el apoyador J.J. Watt dijo que el mariscal Andy Dalton, apodado el “escopeta” era más bien un triste “rifle de copitas”. El pasado domingo en el Estadio Bank ofAmerica vimos a Dalton, entrando de suplente debido a la lesión de Bryce Young, mostrar la mejor versión del rifle de copitas, pases errados, un balón suelto, una intercepción, presión constante (eso por culpa de la línea ofensiva). Al eliminar un aspecto ofensivo, el juego aéreo, la defensiva de Búfalo, una de las peores de la liga contra la carrera, pudo concentrarse en contener a Rico Dowdle, Chubba y el ataque por tierra.
Greg Olsen, quien fuera un excelente ala cerrada y considero un muy buen comentarista, se dio cuenta de que esto iba a ser una masacre, pero fue muy obvió al repetir varias veces “hay que tener cuidado cuando se enfrenta al mejor jugador del mundo”, “no puedes cometer tantos errores cuando juegas contra el mejor jugador del mundo”. Esta bien señor Olsen, se que quiere defender a su ex equipo, pero el mejor jugador del mundo no es Josh Allen, a quien enfrentaban, sino Patrick Mahomes, que no estaba en Charlotte ni como espectador de casualidad.
De hecho, el miedo a Josh Allen permitió que una de las mejores defensivas de la liga, bueno, al arrancar el partido, después de hoy quien sabe, se olvidara de bloquear al peligroso corredor James Cook quien ya les había corrido para más de 150 yardas antes de llegar al medio tiempo. El marcador final fue de 40-9 y las Panteras se dieron cuenta de lo que pasa cuando enfrente hay un equipo que está pensando pelear por un Súper Tazón y no como obtener la siguiente victoria. Mucho que aprender, mucho que aprender, mucho que caminar.
Al menos esta derrota aplacará un poco a los aficionados que estaban soñando en los playoffs. Por cierto, un aplauso a la afición, que se quedó hasta el final en el estadio mientras que en Atlanta, donde los Delfines dieron la sorpresa y aplastaron a Atlanta, también con una ayudadita del mariscal Kirk Cousins que salió a jugar casi tan mal como Dalton en Charlotte. El Estadio Mercedes-Benz estaba casi vacío a la mitad del tercer cuarto.
Claro, la mayoría de los fans que se quedaron en Charlotte tenían jerseys de los Bills, aún así, inteligente movimiento de la afición el revender sus boletos al oler la masacre que se avecinaba.
Las Panteras van a Green Bay la próxima semana. ¿Qué creen que suceda?
Por Hernán Mena
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