
A vecen me da risa escuchar a los “expertos” que comentan el deporte, creen poder predecir el futuro de manera exacta y, además se dedican a echarle flores a las Panteras sólo para quedar bien. Escuche durante la semana comentarios como “tenemos (¿tenemos? Usted no es parte del equipo, es solo una chachalaca como todos nosotros) el mejor grupo de equipos especiales” y “el dominio sobre Atlanta es el principio de lo que comenzamos al final del año pasado”.
Para el jueves, cuando ya casi era un hecho que un apoyador y un liniero ofensivo titulares estaban fuera y que el receptor McMillan y el corredor Chubba Hubbard no estaban al 100% los comentarios se volvieron más cautelosos, pero siempre optimistas, uno de estos “genios” se atrevió a decir “Los Patriotas no traen a nadie”.
Si me preguntan a mí, y hubo quien me preguntó y por algo puse a Nueva Inglaterra, equipo al que detesto por varias razones, como ganador en mi quiniela. Una cosa es mi odio jarocho y otra es la probabilidad de ganar unos centavos extra y a mi parecer los Patriotas tienen un mejor entrenador, un mejor mariscal de campo y la ventaja de local.
Pero nada de eso les hizo falta. Las Panteras llegaron, metieron un touchdown, emocionaron a sus aficionados, luego el novato Fitzgerald falló el punto extra, pero no importa porque en la siguiente serie la defensiva aguantó, pero también la de los Patriotas, que devolvieron la patada de despeje hasta el fondo para voltear la tortilla y luego un intento de gol de campo fallido de Fitzgerald, como dijo Emmanuel “tooodo se derrumbo…”
No hubo errores garrafales, pero si muchos pequeños y constantes en una ofensiva inoperante, que dominó en tiempo de posesión, despejó 5 veces no pudiendo concretar avances clave y jugadas sencillas. Los equipos especiales permitieron otro regreso de patada largo y en un abrir y cerrar de ojos el equipo más eficiente, es decir, los Patriotas, estaban arriba 42 a 6 jugando con la banca. Andy Dalton salió a desempolvarse y cerrar el marcador 42-13 en una tarde que todo mundo quiere olvidar.
Otra genialidad de los “sabios” fue decir que “Nueva Inglaterra no tiene receptores de calidad”. Eso es parcialmente cierto, aunque ya quisiéramos a Stefon Diggs. ¿A poco las Panteras tienen muchos? Y por su parte los Patriotas, sin receptores de renombre, metieron 3 anotaciones por tierra, pese a que tampoco tienen corredores de renombre además de combinar series de pases cortos para otras 2.
Una masacre es una masacre, no se puede llamar de otra forma. Lo de Atlanta la semana pasada fue llamarada de petate. Vienen los Delfines, otro equipo de capa caída, al Bank of America el domingo. Hora de levantarse de la lona, otra vez, pero las Panteras deben de no escuchar a los expertos, luego creen que son buen equipo y pasan cosas para el olvido, como el partido del domingo pasado.
Por Hernán Mena
hernanmena@lagambetasportscarolinas.com