Por supuesto, estoy hablando de los fans de Taylor Swift y de los 49s de San Francisco, porque los de Kansas City ya están más que acostumbrados siendo este el cuarto viaje en cinco años de unos jefes que buscan algo muy difícil en la NFL, el bicampeonato.
Pero para esto faltan todavía dos semanas y platicaremos más a fondo de lo que esperamos y nuestras predicciones en otro artículo. Hoy platicaré un poco de lo que fue diferente ayer.
Por el lado de los Jefes, que derrotaron 17-10 a Baltimore, el mejor equipo y favorito en papel, en su casa, fue la defensiva… Sí, Mahomes y Kelce comenzaron bien, el corredor Isaiah Pacheco fue, para variar, héroe no reconocido de una ofensiva que tiene muchas carencias pero con esos 3 jugadores al 100% es complicada. La defensiva mantuvo quieto, lo más posible al marsical Lamar Jackson y provocó un fumble a milímetros de la línea de anotación y una intercepción en la zona de anotación que al final fueron la diferencia que hizo salir tristes y cabizbajos, como los de Dallas hace 2 semanas y como los de Búfalo la pasada, de su estadio luego de ser dominados por su rival y eliminados.
Pero no hay afición más triste hoy en el mundo que la de Detroit. La cuidad del equipo favorito a principios de año para dar la sorpresa y llegar por primera vez a la fiesta grande iba ganando 24-6 al medio tiempo, pero enfrente un equipo bien entrenado, que llegaba de sufrir una derrota por lesiones el año pasado en este mismo tiempo y lugar no iba a doblar las manos y remontó para ganar 34-31. Los locales salieron a cerrar la brecha ordenadamente, con jugadas creativas, en el tercer cuarto y los Leones se ahogaron en su propia agresividad rifándosela dos veces en cuarta oportunidad y siendo detenidos en ambas por una de las defensivas más fuertes de la liga mientras la ofensiva caminaba metódicamente permitiendo un pase bomba y atrapadón de Brandon Aiyuk que cambio el momento del partido. Los Leones, con la defensiva cansada y la ofensiva errante, dejaron ir el partido y allá, que me disculpen, pero la culpa es del entrenador Dan Campbell que debió ser menos agresivo para quemar reloj y mantener la ventaja, pero Campbell no puede contra su naturaleza y aunque Detroit lo odie un poco hoy, deben estar agradecidos de lo que ha hecho con este equipo que fue el hazmerreir por muchos años y ahora es de respeto.
Al final del día, tenemos la batalla final entre la nueva dinastía del Americano y un equipo clásico de respeto que tiene demasiadas estrellas. Dos equipos muy parecidos que provoca con los apostadores en Las Vegas abrir como favorito por apenas 1.5 puntos a San Francisco, línea que cambiará dependiendo de lo que suceda las próximas dos semanas durante las cuales seguiremos comentando pormenores previos al evento magno del Americano.
Por Hernán Mena
hernanmena@lagambetasportscarolinas.com
