Todos sabemos que los Hornets de Charlotte son el equivalente de la NBA a los Jets de NY en la NFL. Un equipo que sufre de lesiones en los peores momentos y bien podría decirse que la solución más práctica, a estas alturas, es un viaje a Catemaco para una limpia, pero hasta en eso corren el riesgo de que le nieguen la entrada a Miles Bridges, como lo hizo la “migra” de Canadá, impidiendo que se presentara el lunes en la derrota contra los Raptors en Toronto.

Por si la lesión de LaMelo Ball fuera poco, Mark Williams sufrió una contusión o golpe en la baja espalda que le ha impedido jugar los últimos seis partidos y el joven, en su segundo año, es sin duda el pilar de la defensa de los Avispones los cuales han sufrido en su ausencia seis derrotas seguidas incluyendo el histórico 82-135, la más abultada en la historia de la franquicia, contra Filadelfia y otra humillante 113-144 ayer en Indiana donde activaron incluso a varios jugadores de las reservas que juegan en el Greensboro Swarm para ver quién puede ayudar y quedarse por ahora para enfrentar nada más y nada menos que al campeón Nuggets de Denver que nos visitan el Sábado a las 7 pm en el Spectrum Center.

El estado de Williams sigue como dudoso. El estado anímico de los Hornets, por no decir de su afición, no es bueno, pero en la NBA se pueden dar sorpresas y es la única vez que veremos a los Nuggets por aquí esta temporada, así que apoyen al equipo local y pongan a los santos de cabeza. Igual y ocurre un milagro de Navidad.

Por Hernán Mena
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